Gustavo Adolfo Bécquer

(1836-1870)

España

 

No digáis que, agotado su tesoro,

de asuntos falta, enmudeció la lira;

podrá no haber poetas; pero siempre

        habrá poesía.

 

Mientras las ondas de la luz al beso

        palpiten encendidas,

mientras el sol las desgarradas nubes

        de fuego y oro vista,

mientras el aire en su regazo lleve

        perfumes y armonías,

mientras haya en el mundo primavera,

        ¡habrá poesía!

 

Mientras la ciencia a descubrir no alcance

        las fuentes de la vida,

y en el mar o en el cielo haya un abismo

        que al cálculo resista,

mientras la humanidad siempre avanzando

        no sepa a dó camina,

mientras haya un misterio para el hombre,

        ¡habrá poesía!

 

Mientras se sienta que se ríe el alma,

        sin que los labios rían;

mientras se llore, sin que el llanto acuda

        a nublar la pupila;

mientras el corazón y la cabeza

        batallando prosigan,

mientras haya esperanzas y recuerdos,

        ¡habrá poesía!

 

Mientras haya unos ojos que reflejen

        los ojos que los miran,

mientras responda el labio suspirando

        al labio que suspira,

mientras sentirse puedan en un beso

        dos almas confundidas,

mientras exista una mujer hermosa,

        ¡habrá poesía!