Alfredo M. Cepero
(5-10-2015)
A Conchita con amor renovado
Mi amor de esta tarde se parece a un río
musical y alegre, que corre tranquilo
por un valle fértil cubierto de lirios
donde florecieron nuestros cinco hijos.
Pero este amor nuestro recorrió estaciones
que dieron matices a este medio siglo,
ha habido ternuras y también cariños,
ha habido conflicto y reconciliaciones.
Recuerdo el encanto del primer encuentro,
tu sonrisa fresca como primavera
que llegó de pronto sin anuncio previo
cubriendo de aromas a la Tierra entera.
La mañana clara en que nos juramos
andar para siempre el mismo camino,
compartir riquezas, disfrutar idilios,
superar miserias y olvidar agravios.
Después los momentos de cumplir lo dicho,
de fundar familia en firmes cimientos
para que subiera hacia el firmamento
la eterna esperanza que vive en los niños.
Y luego los nietos llegaron de prisa.
¡Oh Dios mío, como corre el tiempo!
Pero ellos dan vida y hasta nuevo aliento
Cuando nos regalan su tierna sonrisa.
Por eso esta tarde no se cierra un libro
aunque sea el invierno de nuestra existencia,
sino regresamos a la primavera
en que nos amamos con alma de niños
y juntos hicimos la firme promesa
de unir para siempre nuestros dos destinos.