Juan Cristóbal Nápoles Fajardo

(El Cucalambé)

 

Ya vino la primavera

Sobre nuestros campos bellos

Y el sol fulgurante en ellos

Fuertemente reverbera.

En la selva y la pradera,

Cantan ya los ruiseñores,

Los zorzales trinadores

Alzan alegres el vuelo,

Y ya se entapiza el suelo

De hierbas, plantas y flores.

 

Susurran los platanales

Al pausado son del viento,

Y con blando movimiento

Se oyen murmurar los mares.

Ostentan ya los palmares

Verde pompa de esmeralda,

Y del cerro allá en la falda,

Para mayor hermosura,

El limpio arroyo murmura

Y el sol las peñas escalda.

 

Nubes de varios colores

De tarde en el firmamento,

Vagan a merced del viento

Formando dulces rumores.

Los humildes labradores

Siembran las tierras que abonan

Sus cosechas amontonan,

Gozan de dúlcidas calmas,

Y a las sombras de las palmas

Alegres trovas se entonan.

 

Las guajiritas hermosas

Tan sencillas como ufanas,

Corren por estas sabanas

Detrás de las mariposas.

De las flores más hermosas

Contemplan los ramos bellos,

Y mientras juegan con ellos

Y hacen preciosas guirnaldas,

En sus trigueñas espaldas

Lucen sus negros cabellos.

 

Ya sonríen nuestros prados,

Florece el guao en las costas

Y en las veredas angostas

Rebraman ya los ganados.

Ya los montes escarpados

Verdes y bellos se ven,

El Cauto undoso también

Un grato murmullo forma,

Y mi Cuba se transforma

En un delicioso edén.